Los hijos de nadie Están ahí como si fueran invisibles, de alguna forma la sociedad en sí llevó a que sean ignorados. Los entes encargados están pero hasta ahora con ningún cambio significativo. Los indígenas son parte del paisaje diario en much...
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Los hijos de nadie
Están ahí como si fueran invisibles, de alguna forma la sociedad en sí llevó a que sean ignorados. Los entes encargados están pero hasta ahora con ningún cambio significativo. Los indígenas son parte del paisaje diario en muchas esquinas de Asunción.
Indígenas del pueblo Mbya Guaraní (y otras comunidades) están "esparcidos" por la ciudad pidiendo limosnas, recogiendo cosas de la basura para sobrevivir y algunos que otros (principalmente niños y adolescentes) inhalando cola de zapatero.
Hay intercepciones ya conocidas como la zona de la Terminal de ómnibus, las plaza céntricas o las inmediaciones de Identificaciones. Madres indígenas con bebés en brazos pidiendo alguna moneda sin mucho éxito. Afincadas en algunas esquinas.
De alguna forma se trató de comunicar con un pequeño grupo ubicado en la Avda. Boggiani, poco fue lo que dijeron. Se entendió que no querían hablar pero dieron a entender que pasan hambre, una bolsa de hule con 4 galletas adentro era el alimento para ese día.
Eternos problemas son el de los indígenas. Hace apenas dos semanas vinieron en masa al microcentro tratando de buscar respuestas. Siguen reclamando condiciones necesarias para que puedan dejar de recurrir al asistencialismo. Piden condiciones necesarias, legalización de tierras, entre otros puntos.
Ahora la Articulación Nacional Indígena por una Vida Digna realiza una campaña de recolección de firmas para exigir a los parlamentarios que aprueben un presupuesto suficiente para atender las necesidades de los pueblos indígenas. El PGN 2021 contempla un recorte del 16% al Indi.
Lo cierto es que los indígenas son parte de la sociedad aunque a veces pasen o quieran hacerlos pasar desapercibidos. La vista gorda del Estado se refleja en las calles cuando se ven a nativos a su suerte.
Y es que no hace falta siquiera ir al interior del país para percatarse de la triste y lamentable situación en que viven la gran mayoría de los pueblos indígenas en el Paraguay, y de cómo automáticamente se los ignora.
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