JUGUETES DE PANDEMIA HACEN SU “AGOSTO” DESDE CHINA Aprovechan la “soledad” de algunos No todo podía ser malo con la pandemia, algún provecho alguien debía sacar y ellos son los propios chinos que fabrican juguetes y muñecas sexuales para aquellas p...
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JUGUETES DE PANDEMIA HACEN SU “AGOSTO” DESDE CHINA
Aprovechan la “soledad” de algunos
No todo podía ser malo con la pandemia, algún provecho alguien debía sacar y ellos son los propios chinos que fabrican juguetes y muñecas sexuales para aquellas personas confinadas y solitarias.
El aislamiento que pasó gran parte de la humanidad y el hecho de tener que pasar en casa más tiempo de lo habitual por las restricciones impuestas por los gobiernos llevaron a que las economías se resientan. Pero el negocio de la fabricación y exportación de juguetes y muñecas sexuales ha experimentado un gran crecimiento en China gracias a la elevada demanda, especialmente, de Francia, Estados Unidos e Italia, entre otros.
Chen Qing es el director de una fábrica de muñecas en la ciudad de Shenzhen (sur de China) y según contó a portales digitales chinos las ordenes de exportación de los fabricantes de muñecas sexuales hechas en China se duplicaron en lo que va del año. Gran parte es debido al distanciamiento social obligado gracias al coronavirus. Y según los datos Italia es el país con más demandas, quizás hasta lógico porque unos meses fue el epicentro de la pandemia y los italianos estuvieron encerrados drásticamente.
Aunque también en China misma aumentó la demanda pese a que la economía se desplomó. Para no dejar a dudas que si es por diversión la gente pagaría por más delicada que esté la economía.
De hecho Cheng Qing contó el caso de un hombre que perdió a su esposa por coronavirus. El viudo les envió fotos de ella para que hicieran una muñeca a la medida y de aspecto similar a su difunta pareja. Quizás algo perturbador pero valedero.
Tener este tipo de compañía puede costar entre 143 dólares hasta 3.000 dólares (dependiendo del modelo) utilizando la plataforma de AliExpress para hacer pedidos. A esta situación se le puede aplicar la frase de que “mientras unos lloran, otros venden pañuelos”.
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