Criminales con uniforme | TELEDIEZ

TODA LA COMISARÍA IMPLICADA EN UN CRIMEN EN TUCUMAN

Criminales con uniforme

En principio era solo una desaparición de persona. Luis Espinoza no había regresado a su casa desde el campo tucumano donde trabajaba como peón. Y los familiares empezaron a preocuparse. Cuando fueron a la comisaría de la localidad de Monteagudo a denunciar el caso, la policía no les quiso tomar la denuncia, con el argumento de que esperaran un par de horas más. “A lo mejor más tarde aparece, probablemente está nomás de parranda por ahí”, les decían.
Pero como Espinoza seguía sin aparecer, los familiares insistieron con la denuncia que quedó caratulada en la comisaría como “desaparición de persona”. Y a la vez se hizo la denuncia en la fiscalía.
A través de versiones callejeras, de pronto empezó a circular que algunos efectivos policiales habían escuchado “algo” en la comisaría, señalando que su jefe y algunos de sus compañeros tenían algún vínculo con la desaparición de Espinoza.
Esto llegó a oídos de la familia que contactó con uno de los efectivos policiales que hicieron el comentario y en base a los datos proporcionados por él, la fiscala Mónica García allanó la comisaría y empezó a indagar a todo el personal policial.
Y saltó todo. Dos de los policías se quebraron durante su declaración y contaron en detalles lo ocurrido. Incluso el recorrido de más de 80 kilómetros que hicieron para deshacerse del cuerpo, cruzando el límite provincial de Tucumán hasta un despeñadero de Catamarca. Hasta ahora se desconoce los motivos del crimen.
Según el relato, nueve policías, incluidos el subcomisario y una mujer policía, son cómplices en el asesinato de Espinoza.
Después de matarlo en el campo donde trabajaba, lo metieron en una bolsa de hule, lo tiraron al baúl del patrullero y lo llevaron a la comisaría, hasta decidir qué hacer con el cuerpo. Después lo metieron de vuelta en el baúl y cruzaron el límite provincial entre Tucumán y Catamarca, aprovechando su condición de policías (la gente común no puede salir del límite provincial por la pandemia). Ya lejos de cualquier zona poblada, tiraron el cuerpo en un Barranco de unos 100 metros de profundidad.
Según otros datos de la fiscalía, fue un agente que no participó del crimen quien contó lo que escuchó en la comisaría. Y en base a los datos proporcionados por él, la fiscala logró la confesión de dos de los agentes involucrados para llegar hasta el lugar donde arrojaron el cuerpo.
Pese a que se desconocen los motivos del crimen, el subcomisario de Monteagudo Rubén Montenegro, es señalado como el ideólogo del intento de desaparición del cuerpo, involucrando como cómplices a otros ocho efectivos de la comisaría, entre ellos René Ardiles, José María Paz, Carlos Romano, Víctor Salinas, Miriam Villalba, Claudio Zelaya y Esteban González Rojas.

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