El silencio de las canchas El bullicio habitual de las canchas de fútbol ha quedado reducido a la nada o han sido ofrecidos estadios para la disposición de la emergencia sanitaria. El retrato de adolescentes y niños jugando en los ...
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El silencio de las canchas
El bullicio habitual de las canchas de fútbol ha quedado reducido a la nada o han sido ofrecidos estadios para la disposición de la emergencia sanitaria.
El retrato de adolescentes y niños jugando en los barrios populares fue desplazado por el de algunas aves y perros callejeros que sin el bullicio de los jóvenes se pasean con tranquilidad por los ahora solitarios campos.
Las canchas sintéticas privadas, siempre abarrotadas de futbolistas aficionados, principalmente en las noches después de la jornada laboral, y los centros de entrenamiento de los clubes, en la que todos los días cientos de jóvenes forjan sus sueños, tampoco se escaparon al impacto de la pandemia que se arrastra por el mundo.
Quién sabe cuánto faltará para que se dejen de lado los tapabocas y vuelvan los amontonamientos de detrás de una pelota.
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