Hace 22 años fue ejecutado en EE.UU. el paraguayo Ángel Bread. | TELEDIEZ

Hace 22 años fue ejecutado en EE.UU. el paraguayo Ángel Bread

Fue el 14 de abril de 1998, poco después de las 11 de la noche. Atado a una camilla con fuertes cinturones de cuero, le inyectaron primeramente un potente barbitúrico que lo durmió; después un relajante muscular que le aflojó el cuerpo y al final otro producto químico le paralizó el corazón. Tenía 32 años.

Ángel Francisco Bread era argentino de nacimiento. Había nacido en Corrientes pero vivió desde criatura en el Paraguay. Y se hizo paraguayo.

Fue condenado a muerte por matar puñaladas a Ruth Dickie (una mujer seis años mayor que él), en la noche del 17 de febrero de 1992.

Dickie tenía 39 años cuando tuvo su fatal encuentro con Bread. Él la siguió a la salida de un bar y en el forcejeo para entrar a la casa, le clavó un cuchillo en la garganta. Y totalmente descontrolado la siguió apuñalando. Después quiso violar el cadáver, pero al escuchar ruidos en el corredor, huyó por una ventana.

Poco después de las 11 de la noche (hora paraguaya), Bread se encaminó hacia la cámara de la muerte, en el penal de Greensville, Estado de Virginia, vestido con un uniforme celeste, pensando tal vez en Jesús, de quien se hizo devoto  en la cárcel. Sus últimas palabras fueron: “La gloria es del Señor”, según publicaciones de la época.

Bread se había casado en la cárcel con la brasileña Rossana Lima, una mujer evangelista que conoció en prisión, y con quien tuvo un emotivo encuentro horas antes de la ejecución. Se tomaron juntos una última foto.

Fue el último encuentro que tuvo Rossana con su marido, con quien nunca pudo ir más allá de los abrazos por las duras reglas carcelarias.

Unas horas antes de morir, Breard fue llevado a una pequeña celda, cerca de la cámara de la muerte. La ejecución fue presenciada por seis testigos voluntarios del estado de Virginia, donde no se permite la presencia de familiares o seres queridos del reo durante la ejecución. Familiares de la víctima sí pueden estar presentes, pero las autoridades no pudieron localizar a ningún familiar de la mujer asesinada.

Primero Bread había sido condenado a morir en la silla eléctrica y ya estaba a punto de ser ejecutado en el 1996, cuando el gobierno paraguayo se enteró de su caso. Se hicieron todos los trámites posibles para salvarlo, pero no hubo caso. Lo único que se pudo lograr fue cambiar la silla eléctrica por la inyección letal que finalmente terminó con su vida.

Paraguay argumentó que Breard no tuvo un juicio justo, y trató de detener la aplicación de la condena llevando el caso a la Corte Internacional de La Haya, que ordenó a la Casa Blanca aplazar la ejecución. Pero el Departamento de Justicia de los Estados Unidos consideró que el fallo no era de cumplimiento obligatorio. Igual interpretación hizo Suprema Corte que dio vía libre a la ejecución

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